¿ES POSIBLE PREDECIR LA CRONICIDAD DEL DOLOR POSTQUIRÚRGICO?

El Dr. Montes nos explica los beneficios del nuevo "score de riesgo" desarrollado por su equipo.

Hoy te enviamos la tercera entrega de nuestra publicación "Última hora en Dolor". En este y en números anteriores, hemos trabajado para establecer unas bases firmes que nos permitan crear un entorno online con contenidos de interés relacionados con la práctica clínica, el entorno sanitario, la actualidad más relevante y, especialmente, contenidos sobre el tratamiento del dolor con los que estar a la última en tu labor diaria.

Queremos ser un canal de comunicación a la medida para todos los que tengáis algo que contar o aquellos que demandéis determinados tipos de contenidos o temas específicos. Para ello, hoy te lanzamos una pequeña encuesta de cinco preguntas para saber tus áreas de interés y diversificar nuestros contenidos a tu gusto.

Si deseas contactar con nosotros para proponernos algún tema o hacernos alguna sugerencia, por favor no dudes en hacerlo enviándonos un correo electrónico a: ultimahoraendolor.es@grunenthal.com

¿ES POSIBLE PREDECIR LA CRONICIDAD DEL DOLOR POSTQUIRÚRGICO?

En la actualidad, son diversos los estudios que se están realizando en todo el mundo con el objetivo de anticiparse al desarrollo de un dolor crónico. Las líneas de investigación van desde la genética hasta los muy prometedores predictores clínicos que, en casi todos los casos, ha llevado a desarrollar “scores de riesgo”. 

La prevención en dolor se convierte en un factor fundamental, ya que cuando el dolor crónico postquirúrgico se ha establecido en el paciente las vías de tratamiento farmacológico y no farmacológico, reducen su espectro de acción.

El Dr. Antonio Montes, de la. Unidad de Dolor del Departamento de Anestesiología, Parc de Salut MAR, Institut Municipal d’Investigacio´ Médica de la, Universitat Autónoma de Barcelona, Barcelona, ha realizado con su equipo diversos estudios en busca de un "score de riesgo" capaz de predecir la posibilidad que tiene un paciente de desarrollar dolor crónico postoperatorio. En este número entrevistamos al Dr. Antonio Montes, quien nos analiza los aspectos más relevantes de sus investigaciones.

I Congreso de la Sociedad Española Multidisciplinar del Dolor (SEMDOR)

¿Qué es SEMDOR?

Como sociedad multidisciplinar, SEMDOR integra a médicos, farmacéuticos, psicólogos, fisioterapeutas, enfermeros y otros especialistas de la salud interesados en dolor.

Con esta premisa, celebraron el pasado mes de abril su primer congreso nacional. Debido a las limitaciones impuestas por la pandemia de Covid-19, las sesiones se realizaron de manera virtual, lo que no disminuyó el interés del programa, compuesto por una serie de mesas de alta calidad, tanto por los ponentes como por los temas tratados.

Las mesas redondas realizadas describieron un completo panorama de la situación actual del tratamiento del dolor, con temas que fueron desde el dolor infantil hasta el abordaje psicológico. Todas la ponencias fueron de un gran interés y podéis ver a continuación algunas de las más relevantes.

5ª Jornadas Nacionales sobre el Dolor Infantil 

Tres de cada cuatro adolescentes con dolor crónico seguirán padeciéndolo de adultos si no se tratan

El martes 20 de abril se celebró la 5ª Jornada Nacional sobre Dolor Infantil. Tal y como mencionaban los organizadores: "El estudio y tratamiento del dolor infantil en España supone un desafío para todos los agentes implicados. La dificultad para valorar el dolor en los pacientes más pequeños, la escasez de unidades y de programas interdisciplinares de tratamiento, la falta de programas especializados de formación, incluso la relativa falta de sensibilidad por parte de administraciones y de profesionales sanitarios, son ejemplos de algunos de los retos extraordinariamente complejos a los que nos enfrentamos."

La jornada estuvo coordinada por el Dr. Jordi Miró, director de la Cátedra de Dolor Infantil de la Universidad Rovira i Virgili (Tarragona) y coordinador de la Red Española de Investigación en Dolor Infantil (REDIN), y el Dr. Francisco Reinoso-Barbero, jefe de Servicio de Anestesiología-Reanimación Infantil del Hospital Universitario La Paz (Madrid). Dicha jornada estaba dirigida al personal sanitario implicado en el tratamiento del dolor infantil. La sesión contó con destacadas intervenciones, como la del Dr. Pablo Ingelmo, director del Centro interdisciplinar de dolor complejo pediátrico ‘Familia Edwards’ del  Montreal Children’s Hospital de Canadá, que se centró en los ‘Avances en el tratamiento del dolor crónico postquirúrgico infantil’.

“El dolor crónico postquirúrgico es la complicación más frecuente en muchas especialidades quirúrgicas de niños y adolescentes”, explicó el Dr. Ingelmo, quien señaló que la prevalencia entre seis y doce meses después de la cirugía se encuentra “entre el 10 y 20% de los pacientes pediátricos”, y en aproximadamente la mitad de los casos, este dolor afecta negativamente a la salud de los pacientes.

A la hora de combatir este problema en los menores, el especialista destacó que el paso más importante ha sido el reciente reconocimiento del dolor crónico postquirúrgico como una entidad clínica. “Fue incluido recientemente en 2019 como parte de la Clasificación Internacional de Enfermedades como resultado de una colaboración entre la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP) y la Organización Mundial de la Salud (OMS)”, explicó. De este reconocimiento se ha derivado, según ha proseguido, una mejora en la prevención, al poderse detectar los pacientes de riesgo y establecer programas de diagnóstico temprano para prevenir la invalidez asociada al dolor. “Asimismo, gracias a ello, se han generado nuevos modelos de investigación básica, traslacional y clínica para dar soluciones a los pacientes”, concluyó.

En el caso concreto del dolor infantil postquirúrgico, el Dr. Ingelmo habla de que el primer paso debe ser reconocer que es un problema muy frecuente y serio. “La incidencia de dolor crónico pediátrico en España y en el mundo desarrollado varía entre el 20 y el 35% en niños y adolescentes”, señaló. “Las consecuencias a largo plazo de sufrir dolor crónico en la infancia y la adolescencia incluyen discapacidad funcional, calidad de vida, aislamiento social, deterioro académico definido por ausencias frecuentes a la escuela y disminución del éxito académico, deterioro del rendimiento deportivo, y resultados psicológicos adversos, como depresión significativa, ansiedad y alteraciones del sueño”, detalló el especialista, quien incidió en la idea del alto coste que tienen para la sociedad las futuras discapacidades que se generen de estas situaciones.

El Dr. Ingelmo abordó en su intervención el dolor infantil, que se divide en agudo –postoperatorio, o postraumático, asociado a un evento agudo–, y en dolor crónico o recurrente que es aquel que dura más de tres meses. Sobre este último se extendió especialmente. En cuanto a su etiología, el dolor crónico puede ser primario o secundario. “Los dolores primarios en general no tienen una causa bien definida y son más difíciles de tratar. Algunos de ellos son el dolor abdominal funcional, las cefaleas, la fibromialgia o los dolores musculares de origen idiopático. El dolor crónico secundario se asocia a una enfermedad –cáncer, artritis, neuropatía toxica, etc.– y su tratamiento incluye la prevención y el tratamiento de la enfermedad y de sus consecuencias. 

Adolescentes con dolor crónico, adultos con dolor crónico

“Se ha estimado que entre la mitad y tres cuartos de los adolescentes con dolor crónico se convertirán en adultos con dolor crónico si no se tratan”, destacó el especialista, quien incidió en la importancia de formar pediatras y médicos de familia para que reconozcan, prevengan y traten los casos más simples de dolor infantil, reservando la derivación para casos más complejos.

“En general, los equipos dedicados al dolor crónico infantil incluyen pediatras, anestesistas, neurólogos, oncólogos, especialistas en cuidados paliativos y médicos de familia como líderes de equipo. Los equipos multidisciplinares también incluyen farmacólogos, enfermeras, fisioterapeutas, psicólogos, trabajadores sociales, maestros y profesionales de las terapias ocupacionales complementarias”, explicó el Dr. Ingelmo, quien precisó que todo el equipo de salud está en contacto diario con el dolor crónico infantil de una u otra manera, “aunque no lo sepa”.

El 12 de Mayo de 2021

Día Internacional de la Enfermería

El 12 de mayo de 1820 nace Florence Nightingale, considerada la precursora de la Enfermería tal y como la conocemos hoy en día, y creadora del primer modelo conceptual de la profesión. Por ello celebramos el Día Internacional de la Enfermería cada año en esta fecha. De esta manera, rendimos homenaje al trabajo que realizan estas profesionales tan importantes en la atención sanitaria que recibimos tan cercana, empática y de calidad.

En el marco de la celebración de este Día, hemos hablado con Manuela Monleón, enfermera del equipo de soporte de Atención Primaria Domiciliaria de Legazpi, Madrid, sobre el significado de esta celebración, la esencia del papel de la Enfermería en el Sistema Nacional de Salud y su papel en el correcto abordaje de las personas con dolor.

 ¿Qué significado tiene la celebración del Día Internacional de la Enfermería para vuestro colectivo?

Es un día para recordar nuestra profesión y hablar de ella a la población, también un día para la reflexión de cómo hemos mejorado y cuál es el camino a seguir creciendo profesionalmente, un día de múltiples encuentros profesionales donde se analizan temas concernientes a la Enfermería.

El año pasado la OMS declaró el 2020 como Año Internacional de la Enfermería. ¿Esto que ha supuesto?

Sí, ¡y menudo año! No sabíamos que venía acompañado de una pandemia. Una imagen vale más que mil palabras y se ha podido ver la implicación de las enfermeras en el cuidado de las personas.

Ha sido un año francamente durísimo, con un impacto sobre la salud que tardará tiempo en resolverse. Ahora tenemos que atender la cronicidad que ha dejado, no solo a nivel físico (lesiones pulmonares, vasculares, etc.), sino psicológico (impacto de la enfermedad, duelos, etc.), social (bajas laborales, pérdidas del rol, etc.) y espiritual, como sentido de vida con toda esta problemática.

La OMS declaró 2020 como el año de las enfermeras, coincidiendo con el 200 aniversario del nacimiento de Florence Nightingale. Un homenaje por nuestra intervención tanto en el ámbito asistencial, de la educación y docencia, como en la investigación. También por la necesidad de impulsar nuestro trabajo y los roles de Enfermería Avanzada, que están demostrando una gran eficacia en la expansión de la cobertura sanitaria universal, aprovechando el desarrollo técnico, profesional y científico de las enfermeras.

La OMS identificó este año para impulsar nuestro trabajo sabiendo que somos los profesionales sanitarios más cercanos a la población, ¡y claro que se impulsó!

Justo en 2020 terminaba la campaña NursingNow iniciada en el 2018 y promovida por la OMS y el CIE, con el objetivo de desarrollar nuevos modelos de cuidados comunitarios para promover la salud y prevenir la enfermedad.

Debido a la situación que desencadenó la pandemia, ha sido imposible seguir desarrollando los proyectos iniciados en España en 2019, porque lo importante ha sido salvar vidas. Pero seguimos con el deseo de construir un sistema sanitario que responda a las necesidades de la población y mejore la salud y el bienestar de las personas.

Estos proyectos de cambio necesitan de la implicación de las enfermeras en las esferas donde se toman decisiones; en campos de política y de gestión, como promueve la campaña Nurses Together, impulsando el liderazgo enfermero en temas de salud.

¿Cuál sería esa esencia de la Enfermería frente al resto de profesionales?

Tener en cuenta las respuestas humanas ante cualquier situación de salud, entendiendo salud como la integración de todas las esferas del ser humano.. Por eso solo podemos hablar del cuidado individualizado a través de una valoración integral, diagnóstico y objetivos consensuados que nos lleven a ese bienestar, en lo posible, de la persona y su entorno.

Uno de los objetivos de la Enfermería es conseguir la máxima autonomía de las personas. Por eso trabaja como impulsora del autocuidado que, como decía Orem, son esas actividades que las personas realizan por sí mismas, voluntariamente para mantener el máximo nivel de salud y el bienestar. Y para ello educa, trabaja como un entrenador en salud, acompañando en la vida de las personas desde antes de nacer hasta que mueren. Y cuando la autonomía no sea posible, ayudará a los cuidadores, seguirá educando en cuidados específicos, suplirá cuando el paciente no pueda, acompañará el duelo, etc.

Desde el punto de vista del equipo de salud, la enfermera interviene según sus competencias en un trabajo interdisciplinar y colaborativo; por ejemplo, realizando cuidados específicos e intervenciones avanzadas que se requieran. En todos los entornos asistenciales, sea comunitario (centro de salud, residencias, colegios, etc.) u hospitalarios.

¿Cómo os veis dentro de la estructura de los profesionales sanitarios?

Actualmente, el que no trabaje en equipo está fuera de juego. La Enfermería forma parte de un equipo sociosanitario que, con sus competencias multidisciplinares, hace de nexo con otros profesionales de la salud.

¿Cómo percibes el cambio generacional?

Yo ahora veo que las enfermeras llegan a su puesto con una potencia, un conocimiento y un saber qué es sorprendente. Un ejemplo es el desarrollo de investigación en Enfermería, es una disciplina que no es fácil, requiere tiempo y formación.

¿Qué diferencias existen entre la enfermera que trabaja en el entorno más próximo al enfermo, la comunidad, su domicilio y la hospitalaria?

Existen diferencias sustanciales. Las dos somos enfermeras graduadas en la universidad después de cuatro años, con especialidad realizada vía EIR de dos años o no, con la meta de que el paciente recupere su salud y/o bienestar, pero donde la experiencia [PAB5]en realizar los cuidados específicos, en el entorno donde se encuentre el paciente, no son los mismos. Esto se ve muy claro si comparas una enfermera de Cuidados Intensivos con una enfermera de Geriatría de una residencia de mayores. Si queremos una atención de calidad, todas no servimos para todo. Existen actualmente varias especialidades de Enfermería desarrolladas: Obstétrico-Ginecológica, Salud Mental, Familiar y Comunitaria, Geriatría, Pediatría y enfermera del Trabajo; pues en cada comunidad autónoma es diferente su reconocimiento.

Está claro que la comunicación entre ambas profesionales es necesaria para que el cuidado alcance los objetivos. El paciente va a moverse entre los diferentes entornos y no podemos permitir que haya una discontinuidad de cuidados y de la atención.

Y en el campo del cuidado de la persona con dolor, ¿existirían diferencias entre las asistenciales comunitarias o de AP y las hospitalarias?

Lo mismo. Sabemos que el dolor es un problema transversal presente en diferentes campos o disciplinas enfermeras, pero el cuidado en un entorno y en otro es diferente.

Hace falta mucha formación a todos los niveles y entornos asistenciales y además existen unos cuidados específicos que necesitan de especialización o por lo menos de una práctica avanzada, unos roles y competencias específicas. Por ejemplo, las intervenciones avanzadas que realiza una enfermera en una unidad de dolor, no se pueden realizar en AP porque se necesita un equipo específico, tanto a nivel profesional como a nivel material. Existen intervenciones de entrenamiento en autocuidado que se pueden compartir pero en cuanto a cuidado específico de la unidad o del centro de salud, hay diferencias.

Este concepto de enfermera de práctica avanzada en dolor se refiere a aquella con un conocimiento experto, con capacidad para tomar decisiones complejas y con las competencias clínicas necesarias para poder llevar a cabo una práctica ampliada o avanzada, con una formación mayor en el campo donde desarrolla su especificidad.

Por su parte, la enfermera de AP, que es especialista en atención familiar y comunitaria, posee conocimiento sobre cómo cuidar a la persona con dolor y, sobre todo, cómo prevenir el dolor y cuidará de la persona para que no llegue a tenerlo.

No obstante, si el dolor aparece y se cronifica, o su atención es compleja, es necesario la intervención de una enfermera experta en este este tipo de cuidado. Por eso, mientras no exista una especialidad como tal para las enfermeras que trabajamos para aliviar el dolor complejo desde las unidades de dolor, como en los servicios de Cuidados Paliativos, abogo por el desarrollo de la Enfermería de Practica Avanzada en Dolor, de la misma forma que para el cuidado de la persona con necesidades paliativas, sea el entorno asistencial que sea, el desarrollo de la enfermera de Practica Avanzada en Cuidados Paliativos. Hemos dicho que los roles de la Enfermería deben ir cambiando y respondiendo a las necesidades de la población, y esta propuesta sería una buena respuesta para conseguir el bienestar de las personas.

Este cambio debería ir dirigido a que todos los profesionales implicados trabajemos en equipo, que no quiere decir juntos, sino que compartamos objetivos con la confianza de que cada uno haremos lo que tenemos que hacer y es mejor para cada paciente, creando un entorno colaborativo que rompa las barrera de nuestros entornos asistenciales. Apostamos muy fuerte por la Práctica Avanzada porque creemos que se necesita.

¿Qué dificultades supone la falta de formación del paciente?

Ese es un tema apasionante sobre todo desde AP. Una de las tareas de las enfermeras es entrenar en salud, entrenar al paciente para que tenga la mejor condición de salud. En el caso del dolor, cuidamos el impacto del dolor en lo físico, pero también en lo psicológico, en el aspecto social, etc.

Paciente con COVID-19 persistente: implicaciones patológicas, de dolor y afectación a nivel funcional

En el sexto episodio de Uni2Talks, Juan Quintana, director de Comunicación, Pacientes y Asuntos Gubernamentales en Grünenthal, realiza una interesante entrevista sobre el síndrome de Covid persistente al Dr. Lorenzo Armenteros del Olmo, médico de familia en el Centro de Salud Islas Canarias del Servizo Galego de Saúde de Lugo.

En ella, el entrevistado define la Covid persistente como la prolongación de los síntomas de la enfermedad más allá del tiempo habitual de duración de esta patología, analiza el manejo de estos pacientes, repasa los protocolos que se están elaborando para la gestión de esta joven enfermedad y las pautas de actuación para los centros que reciben a estos enfermos.

En cuanto a sus síntomas, el Dr. Armenteros destaca el dolor como uno de los más importantes por su alta repercusión laboral y social, y su riesgo de cronificación. También describe el origen y características del dolor así como el abordaje adecuado.

Además, en la página del podcast, están disponibles recursos adicionales sobre sintomatología y manejo de los pacientes con Covid persistente.

Guía Clínica de atención al Long COVID

Si te interesa ampliar información sobre este tema, recientemente 48 sociedades científicas, asociaciones científico-médicas y asociaciones de pacientes se han unido para elaborar y consensuar una Guía Clínica para la Atención al paciente COVID persistent/ Long COVID que ofrezca una respuesta sanitaria más adecuada a las necesidades en materia de salud de un grupo poblacional que crece de forma paralela al aumento de los contagiados por el SARS-CoV-2.

Teletrabajo

Con la llegada de la pandemia de la Covid-19, el teletrabajo se ha establecido como el sistema laboral que plantea una mejor conciliación, demostrando que la responsabilidad del empleado va más allá del lugar donde desarrolla su actividad. Aun así, este modelo plantea problemas serios de salud, y es que las patologías más frecuentes derivadas del teletrabajo pueden ser las cervialgias, dorsalgias y lumbalgias.

La reducción de la movilidad, el incremento de horas sedentarias en casa, el no disponer del mobiliario y espacio adecuado para desarrollar una jornada completa y el incremento del trabajo virtual, está afectando seriamente a nuestra salud.

Según la Sociedad Española de Reumatología en su Estudio EPISER, el 80% de la población española sufrirá episodios de dolor lumbar, al menos una vez en la vida, y un 20% los padecerán de forma habitual. Por ello, es sumamente importante crear conciencia social sobre este grave problema y promocionar una hábitos saludables que nos ayuden a combatir estas dolencias.

¿Qué debemos transmitir a nuestros pacientes asiduos al teletrabajo?

Como dice el chicho: “Prevenir mejor que curar” y para ello recomendamos actuar en tres áreas:

1.- Hábitos posturales y entorno de trabajo: ¿Cómo sentarse delante del ordenador?

Tener un espacio de trabajo exclusivamente para la actividad profesional nos ayudará a preservar nuestra salud física y mental, además de ser un factor determinante para la productividad. A continuación os dejamos algunos consejos que pueden ayudar a mejorar nuestros hábitos posturales:

• Ajustar la altura de la silla para apoyar los pies correctamente en el suelo y que las caderas queden un poco por encima del nivel de las rodillas.

• Colocar el cuerpo lo más atrás de la silla posible para reposar las caderas y glúteos en su respaldo.

• Hay que asegurarse de que la zona alta y baja de la espalda estén en contacto con la silla

• Los reposabrazos no deben estar tan altos que provoquen un acortamiento de los trapecios, ni muy bajos para que produzca su estiramiento constante.

• Colocar la pantalla y el teclado lo más centrados y enfrente de los hombros. La parte superior de la pantalla deberá estar unos cinco centímetros por encima de la altura de los ojos y alejada a la distancia de un brazo de nuestra cara. Por otra parte, debemos sentarnos cerca del teclado para evitar estiramientos.

2.- Desconexión: La mejor postura en el movimiento.

El ordenador, en ocasiones, no es un buen aliado. Por ello es necesario programar y ser fieles a unas pautas de descanso durante la jornada laboral como levantarse de la silla cada dos horas o dar un pequeño paseo que nos permita respirar aire fresco.

Otras acciones como beber agua u oxigenar la mente durante unos minutos, se han convertido en ejercicios necesarios para volver a las tareas con más ganas y superar el desgaste del teletrabajo

3.- Ejercicio.

Debemos suplir de alguna manera el enclaustramiento que produce trabajar en casa. Para ello comprometernos con alguna forma de ejercicio en un horario y calendario determinado supondrá un gran beneficio para la salud. Desde un paseo de 20-30 minutos hasta una actividad física (running, pilates, gimnasio) será muy beneficioso.

El Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Castilla-La Mancha ha editado una serie de consejos y ejercicios de estiramientos que esperamos que sea de vuestro interés.

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